5 consejos para aprender música de adulto

La cien­cia es clara, además de ser diver­tido, apren­der a tocar músi­ca tiene una amplia gama de ben­efi­cios, incluyen­do la mejo­ra de la memo­ria y la coor­di­nación mus­cu­lar. Aunque no hayas tenido la opor­tu­nidad de apren­der músi­ca de pequeño, ¡nun­ca es tarde para empezar! En este artícu­lo te damos 5 con­se­jos de Escuela de Músi­ca cen­tro La Fab­ri­ca para empezar a apren­der músi­ca de adul­to:

1: elige la música que te gusta

Cuan­do te deci­das a apren­der músi­ca, elige un instru­men­to y una músi­ca que ya te gusten. Si eliges algo que te guste y te interese, te será más fácil man­ten­er la moti­vación para prac­ticar y te diver­tirás más. ¿Siem­pre te ha gus­ta­do la idea de tocar el piano? ¿Te gus­ta el sonido del clar­inete? ¿Quieres tocar la batería en un grupo de rock? Tam­bién deberías ele­gir un instru­men­to que se adapte a tu esti­lo de vida. Si estás en con­stante movimien­to, ele­gir un instru­men­to más portátil como el clar­inete puede ser preferi­ble. Si tienes pare­des finas y veci­nos molestos, un piano dig­i­tal con vol­u­men reg­u­la­ble puede ser lo más ade­cua­do.

Cuan­do eli­jas tu reper­to­rio (la músi­ca que vas a tocar), pien­sa primero en la músi­ca que te gus­ta. ¿Tiene una can­ción favorita? ¿Siem­pre te ha gus­ta­do escuchar a Mozart? ¿Te encan­ta la idea de poder impro­vis­ar un solo de jazz? ¿Por qué no ver lo que se nece­si­ta para apren­der estas cosas? Si una pieza está más allá de tu niv­el en este momen­to, con­sid­era ver­siones más fáciles, o músi­ca sim­i­lar que no ten­ga un niv­el tan avan­za­do. Por ejem­p­lo, hay muchas ver­siones abre­vi­adas de clási­cos como la Sonata Claro de Luna de Beethoven y la Fan­tasía Impromp­tu de Chopin.

2: Establecer objetivos

Establece obje­tivos real­is­tas sobre lo que quieres apren­der y el tiem­po que puedes dedicar a prac­ticar. Estable­cer obje­tivos te ayu­da a man­ten­erte cen­tra­do y te per­mite hac­er un seguimien­to más fácil de tus mejo­ras. Cuan­do establez­cas tus obje­tivos, pien­sa por qué quieres apren­der músi­ca en primer lugar: ¿Es un pasatiem­po diver­tido para hac­er en casa? ¿Quieres impro­vis­ar con tus ami­gos músi­cos? A con­tin­uación, pien­sa en el mapa para con­seguir­lo. Te recomen­damos que util­ices el sis­tema SMART para estable­cer tus obje­tivos:

3: Practicar con constancia

La mejor man­era de alcan­zar tus obje­tivos es prac­ticar de for­ma con­stante. Establece un horario de prác­ti­ca que te ayude a man­ten­er el rit­mo de apren­diza­je. Las sesiones de prác­ti­ca deben ser reg­u­lares y estar pro­gra­madas de for­ma que se min­im­i­cen las dis­trac­ciones. Las sesiones de prác­ti­ca no tienen que ser demasi­a­do largas, unos 30 min­u­tos por sesión son más que sufi­cientes. Si inclu­so 30 min­u­tos es demasi­a­do tiem­po, puedes bus­car múlti­ples peri­o­dos libres en tu día en los que puedas prac­ticar de 10 a 12 min­u­tos. Tam­bién puedes plan­i­ficar varias “pausas musi­cales” en el día, para deses­tre­sarte antes de prepararte para la sigu­iente tarea del día. Aunque debes pro­gra­mar una prác­ti­ca reg­u­lar, tam­bién debes ser flex­i­ble. A veces, es posi­ble que ten­gas cosas más urgentes que hac­er que prac­ticar músi­ca.

4: Practicar secciones o “trozos”

Si te cen­tras en apren­der sec­ciones más cor­tas de una pieza musi­cal, lo que a veces se denom­i­na “chunk­ing”, mejo­rarás la efi­ca­cia de tus sesiones de prác­ti­ca. El “tro­cea­do” hace que la prác­ti­ca sea más digeri­ble y que lo que apren­das se te quede graba­do. Para las sec­ciones espe­cial­mente difí­ciles, puedes inclu­so prac­ticar com­pás por com­pás. Para ello, prac­ti­ca lenta­mente des­de el primer tiem­po de un com­pás has­ta el primer tiem­po del sigu­iente.

Una vez que domines ese com­pás, ve aumen­tan­do y prac­ti­can­do sec­ciones de dos com­pas­es, de cua­tro com­pas­es y así suce­si­va­mente, incre­men­tan­do el rit­mo a medi­da que avan­zas. Depen­di­en­do de la duración de tus sesiones de prác­ti­ca, es posi­ble que sólo apren­das un com­pás difí­cil cada vez, ¡pero no pasa nada! Esta estrate­gia, medi­da a medi­da, te ayu­dará en el futuro con otras sec­ciones difí­ciles y te ayu­dará a tocar a través de las líneas de com­pás, una parte muy impor­tante de la musi­cal­i­dad.

5: Utiliza un metrónomo

Siem­pre que prac­tiques, uti­liza un metrónomo. Un metrónomo te ayu­dará a con­tro­lar tu rit­mo, a no ralen­ti­zarte cuan­do la músi­ca se pon­ga difí­cil y a no acel­er­arte cuan­do la músi­ca se pon­ga más líri­ca. Inclu­so cuan­do prac­tiques “a tro­zos”, uti­liza el metrónomo. Ajus­ta el metrónomo a un tem­po más lento y prac­ti­ca lenta­mente las sec­ciones difí­ciles, así podrás dom­i­nar la dig­itación y la sin­cronización.

A con­tin­uación, acel­era lenta­mente el metrónomo has­ta alcan­zar el tem­po. Puede que piens­es que tocar “a tiem­po” con el metrónomo no es impor­tante, pero si quieres tocar con otras per­sonas, vas a ten­er que elim­i­nar los mal­os hábitos de sin­cronización y ser capaz de tocar con un metrónomo.

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