10 pasos hacia una mejor comunicación empresarial

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En últi­ma instan­cia, no impor­ta cuán alta sea la tec­nología de sus her­ramien­tas de nego­cios, el desar­rol­lo y la imple­mentación de nuevas ini­cia­ti­vas depen­derá de la comu­ni­cación efec­ti­va y pro­duc­ti­va entre per­sonas reales.

¿Por qué algu­nas reuniones de nego­cios resul­tan en abur­rim­ien­to y fal­ta de con­cen­tración, mien­tras que otras envían a los asis­tentes a car­gar equipa­dos para librar una batal­la? ¿Por qué algunos super­vi­sores con­fun­den a sus tra­ba­jadores con sug­eren­cias vagas y con­tra­dic­to­rias mien­tras que otros apoy­an sus car­gos con visión y asis­ten­cia y les ayu­dan a con­stru­ir su pro­pio camino hacia el éxi­to?

Todo se reduce a la bue­na inter­ac­ción humana, un tema algo fuera de moda des­de la lle­ga­da de la pla­ca madre, pero ¿adi­vi­nen qué? No va a desa­pare­cer. Sin una bue­na y clara conec­tivi­dad humana, una pila de orde­nadores de un kilómetro de altura no evi­tará que su empre­sa se tam­balee.

Así que aquí está nues­tra lista de pasos que puede tomar para mejo­rar su comu­ni­cación empre­sar­i­al.

  1. Recuerde su visión. Ust­ed está hacien­do las cosas por una razón. ¿Cuál es? Cuan­do recuer­das por qué estás hacien­do algo y puedes sen­tir su impor­tan­cia, es el momen­to de com­par­tir tu visión con los demás. Aní­ma­los a hablar de su visión del futuro. Car­gue a los demás con pen­samien­tos de adónde quieren ir. Capten un zumbido al imag­i­nar el panora­ma gen­er­al.
  2. Man­ten­gan la visión viva. La gente se empan­ta­nará con el día a día. Encuen­tra momen­tos para avi­var el sueño, inclu­so infor­mal­mente.
  3. Cuan­do una visión mutua se establece y se acep­ta, es hora de hablar de cómo lle­gar allí. Estas con­ver­sa­ciones tienen dos partes dis­tin­tas: la llu­via de ideas y la plan­i­fi­cación de la acción. En la llu­via de ideas, se com­parten ideas sobre qué tipo de acciones pueden lle­varte a tu obje­ti­vo. Pero estas ideas deben ser flo­jas y un poco locas. Elige algu­nas ideas poco comunes y tíralas para mod­e­lar el pen­samien­to cre­ati­vo. Hazle saber a tus com­pañeros de tra­ba­jo que es hora de pen­sar libre­mente sin críti­cas. Diviér­tanse y ríanse. Ten­gan una car­tuli­na y escrib­an las ideas para que todos las vean, para fomen­tar aso­cia­ciones que puedan lle­var a ideas aún mejores.
  4. Cuan­do las ideas parez­can ago­tadas, es hora de pon­erse serio y con­stru­ir un plan. Tachar las ideas que son clara­mente invi­ables. Hervir las ideas en 3–5 ele­men­tos de acción.
  5. Debe haber una per­sona asig­na­da con la respon­s­abil­i­dad gen­er­al de cada ele­men­to de acción. Esa per­sona es respon­s­able de su desar­rol­lo. Puede solic­i­tar la ayu­da de otros. Puede asig­nar tar­eas. Sin embar­go, ella es la per­sona clave para ese ele­men­to de tra­ba­jo.
  6. El seguimien­to es una activi­dad com­er­cial fun­da­men­tal. Sin seguimien­to, todo el buen tra­ba­jo y las ideas que están en juego se mar­chi­tarán y morirán. Las reuniones u otros lugares de seguimien­to deben ser pro­gra­ma­dos reg­u­lar­mente para man­ten­er todas las ollas en ebul­li­ción. La per­sona respon­s­able del plan gen­er­al debe pre­gun­tar a la per­sona más impor­tante de cada pun­to de acción sobre el pro­gre­so.
  7. Revis­ar y analizar los resul­ta­dos y hac­er los ajustes nece­sar­ios. Luego con­stru­ir sobre lo bueno y dejar lo malo.
  8. No estig­mat­ice el fra­ca­so. Recuerde que el fra­ca­so es nece­sario para el éxi­to. Si real­mente puedes inte­ri­orizar esta idea, podrás analizar sin miedo y lógi­ca­mente lo bueno y lo malo de tu plan. Si real­mente acep­tas el fra­ca­so como parte del pro­ce­so de éxi­to, podrás hac­er que la fase de revisión/análisis sea atrac­ti­va, cre­ati­va y extremada­mente útil.
  9. Fíjate cuan­do la gente hace cosas bue­nas y diles. Algu­nas per­sonas muy tra­ba­jado­ras tra­ba­jan duro durante mucho tiem­po sin escuchar ni un solo sen­timien­to pos­i­ti­vo. Es una idea tan antigua como Andrew Carnegie, pero puede ser aún más impor­tante hoy en día. Nue­stros orde­nadores nos sep­a­ran del con­tac­to humano inclu­so cuan­do nos conectan. Lle­gar de una man­era humana. Haz un cumpli­do bien mere­ci­do. Luego mira las miradas de sor­pre­sa, descon­fi­an­za, rela­jación y grat­i­fi­cación que recibes a cam­bio.
  10. Recuer­da que eres un mod­e­lo a seguir. La gente te mira. Si actúas de man­era jus­ta, con­fi­arán en ti. Si eres mezquino o egoís­ta, les desagradarás y te socavarán. Si les ayu­das, te ayu­darán. Pien­sa en la gente que más admi­ras. Pien­sa en el efec­to que tienen sobre ti. ¿Puedes absorber algo de esa bon­dad y pagar­la por ade­lan­ta­do?

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