Claves para mantener frescos los alimentos en verano

Jun­to con los días y noches de ver­a­no, viene esa cos­tum­bre que tan­to nos gus­ta y no perdemos ocasión de dis­fru­tar: com­er al aire libre.  El reto es acondi­cionar cor­rec­ta­mente los ali­men­tos para dicha “aven­tu­ra”.

Solos, en pare­ja, en famil­ia o acom­paña­dos con muchas per­sonas, hace­mos planes una y otra vez durante estos meses de ver­a­no y ten­er bien con­tem­pla­dos los requer­im­ien­tos bási­cos para trans­portar ali­men­tos y espe­cial­mente para man­ten­er­los en cor­rec­tas condi­ciones.

Veamos estos con­se­jos paso a paso:

Mantener fríos los alimentos

Parece obvio, pero no siem­pre se hace lo máx­i­mo en este sen­ti­do. Quiero decir: las ces­tas de pic­nic tradi­cionales pueden ten­er un aspec­to muy boni­to y nos apa­siona usar­las a modo de tradi­ción, pero algo es muy cier­to:  no van a man­ten­er los ali­men­tos a una tem­per­atu­ra segu­ra durante mucho tiem­po.

Mi con­se­jo es que las util­ices, sí, pero para aque­l­lo que no requiere frío: man­te­les, vasos, cubier­tos etc. Para el trans­porte de ali­men­tos (aún aque­l­los que no requieren frío para con­ser­varse, como fru­tas que nos gus­ta con­sumir fres­cas en ver­a­no) habrá que bus­car recip­i­entes ade­cua­dos que sean capaces de con­ser­var frío.

Son ide­ales las nev­eras portátiles, es decir con­ser­vado­ras tér­mi­cas de camp­ing, en las cuales con­viene dejar espa­cio para algu­nas botel­las plás­ti­cas con agua con­ge­la­da que son mucho más higiéni­cas que vol­car el hielo suel­to que tarde o tem­pra­no se der­rite e inun­da todo el recip­i­ente.

Una vez al aire libre…

Depende donde estés (playa en ver­a­no o par­que con som­bra) siem­pre hay que bus­car un lugar donde no dé el impacto del sol para colo­car ese recip­i­ente tér­mi­co.

Si estás en una playa sin som­bra, lo mejor será cavar un hoyo en la are­na, un tan­to pro­fun­do pero no que quede incó­mo­do y colo­car allí la con­ser­vado­ra cubrién­dola como mín­i­mo con una pren­da de ropa para evi­tar el impacto direc­to de la luz solar. Si estás en un par­que elige un lugar con bue­na som­bra y donde cor­ra aire fres­co (pero el recip­i­ente debe man­ten­erse cer­ra­do).

Tra­ta de llenar cualquier espa­cio vacío que quede en tu recip­i­ente de con­ser­vación, con cualquier recip­i­ente her­méti­co que haya sido rel­lena­do con agua con­ge­la­da. Como dije antes, yo siem­pre uso botel­las plás­ti­cas, pero tam­bién ten­go almo­hadil­las plás­ti­cas que pon­go a con­ge­lar con tiem­po y como son chatas las uso para rel­lenar esos espa­cios libres que señal­a­ba antes.

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